Junto a la costa oriental de Cantabria, entre la ría de Ajo y la antigua Junta de Ribamontán, se sitúa Bareyo. Su núcleo de población se concentra en la localidad de Ajo, siendo ésta la capital del municipio. Ajo posee dos hermosas playas que son la de Antuerta y Cuberris. Los acantilados que se abren al mar desde su faro, rodeado por praderas donde pastan las vacas, dibuja sobre el horizonte, en especial al atardecer, una estampa bucólica que resume la perfecta simbiosis entre el mar y los prados siempre presentes en Cantabria. En lo que a fiestas se refiere, las romerías y verbenas organizadas por El Carmen, Santo Domingo, San Roque y San Pedro, hacen a Ajo punto obligado para la diversión durante todo el verano. Sus alicientes gastronómicos son varios. Las paellas, el marisco y las capturas de pesca, como lubina, jargos, doradas o percebes, son sin duda los paltos estrella de la zona. Posee un importante patrimonio arquitectónico, siendo el más destacable en lo que a religión se refiere, la iglesia de Santa María de Bareyo, uno de los más bellos ejemplos del románico con la pila bautismal más original y monumental de Cantabria. También se conserva en Bareyo uno de los pocos molinos de mar de Cantabria, artilugios que, en sus versiones marinas o fluviales, abundaban antiguamente en la región.