En el Cartulario de Santo Toribio existen dos documentos fechados en el año 925; uno de ellos apócrifo y el otro donde se señala la fecha de construcción de la iglesia. Templo de planta rectangular y tres naves finalizadas en una cabecera tripartita formada por tres ábsides. La nave central más ancha y alta que las laterales. La articulación de los volúmenes externos, que acusan claramente la compartimentación interior, es un elemento característico de la arquitectura de repoblación, pero quedan especialmente resaltados en el caso de esta iglesia montañesa. La compartimentación de espacios, heredada del mundo hispano-visigodo, es patente en la organización interna de este templo. La disposición de los soportes y los abovedamientos condicionan la independización de los tramos, seguramente más a causa de las necesidades constructivas que de las prácticas litúrgicas del ritual hispánico. Resaltan las dos cámaras abiertas a los pies del templo, que recuerdan los edículos colocados en los extremos de los cruceros hispano-visigodos. Todo ello denuncia una gran complejidad constructiva. Su cabecera plana, orientada al este, presenta una triple división, con el cuerpo central ligeramente avanzado respecto a los laterales, y arcos de medio punto. La cubierta de los distintos espacios se realiza, de forma independiente, mediante bóvedas de cañón, longitudinales en la nave central y ábsides, y transversales en las naves laterales. Al exterior la cubierta es a dos aguas, apoyándose los aleros sobre modillones de lóbulos plenamente mozárabes, con motivo incisos de rosáceas o esvásticas, que muy bien tienen sus precedentes en lo tardo romano y visigodo. Las cornisas se rematan con un esbelto alero de modillones de rollos, decorados con ruedas solares. Lo más bello es el espacio interior con su juego de distintas alturas que en el tramo central alcanza singular elevación. En el suelo del presbiterio hay varias losas sepulcrales y en el frontal del altar mayor una losa con simbología celta. El material empleado es la piedra arenisca de la zona. Los muros, de mampostería con sillares en los esquinales, presentan un grosor que oscila entre los 60 y los 90 cm. En los muros existen estrechas ventanas abocinadas en su interior, que permiten entrar la luz en el templo. En la fachada sur o de mediodía se abre un pórtico de construcción muy posterior a la iglesia (1794), según se puede leer en el frontispicio de la puerta; la obra se hizo para suplir la antigua puerta del muro oeste, muy azotada por los temporales. Es la puerta principal adintelada.
En el muro oeste se encuentra la puerta original de entrada que hoy día se encuentra tapiada. En la fachada norte se halla adosado un cuerpo, también de construcción posterior, que desempeña funciones de sacristía. El campanil o torre separada del monumento es una obra neo-mozárabe construida a principios del siglo XIX (1896). De su interior destaca el retablo barroco del siglo XVIII (1713) , con talla central del siglo XV de la Virgen de la Buena Leche, policromada en azul y rojo, y a la que se le aprecian influencias flamencas. Se trata sin duda de una pieza excepcional. Fue robada en el año 1993 y mas tarde recuperada. La imagen actual que se encuentra en la iglesia hoy día es una réplica, obra del sacerdote lebaniego Benito Velarde. En la parte superior del retablo se puede contemplar un Calvario del siglo XVIII; en el centro, un Cristo crucificado; a la derecha, San Juan y a la izquierda, la Virgen. La cúspide del retablo esta rematada por la cabeza de un ángel. En el cuerpo inferior del retablo se contempla un Sagrario con Cristo resucitado, y las figuras de San Pedro y San Pablo. Hay otro retablo construido en 1584 en la capilla lateral derecha y que en su hornacina central tiene una imagen con corona de la Virgen del Rosario, del siglo XVIII. Finalmente, en la capilla que se encuentra a la izquierda de la entrada principal al templo, hay otro retablo del siglo XVII con imágenes de San Roque y de Santa Cecilia, del siglo XVII. Hay a la entrada de la iglesia una benditera muy antigua sobre base cuadrada y fuste, de difícil datación cronológica. En el interior hay que fijarse en una gran losa de piedra en el frontal del altar decorada con círculos que inscriben diversos motivos radiales, quizás mozárabe o visigoda. Los círculos interiores de la piedra representan la vida terrenal, los del medio hacen referencia al cielo a lo espiritual y los superiores a la salvación por Cristo. Esta losa de gran tamaño formaba parte del antiguo suelo y apareció al realizarse obras en el interior de la iglesia, en el año 1971. Al ser levantada la losa dejó a la vista unas interesantes tallas cuya representación mas destacada es el símbolo solar en movimiento. Se dice que la piedra con signos célticos del altar mayor cubría una cripta dolménica que existe aún bajo el mismo, no estudiada todavía.
Características:
- Tamaño: 16 metros de largo por 12 metros de ancho
- Edificación: Siglo X
Dirección: Diseminado Lebeña, 6 , 39583 , Lebeña (Cantabria)
Horarios: no disponible
Sábados: no disponible
Domingos: 12:00h
Enlace a web: https://www.turismo-prerromanico.com/monumento/santa-mara-de-lebea-20130417150950/
Correo Electrónico:
Teléfono: 942 21 13 38