MITOLOGIA DE CANTABRIA

La mitología de Cantabria, desde sus orígenes más remotos y con el paso del tiempo, se ha ido entroncado con los mitos celtas y romanos, emparentándose en parte con leyendas y tradiciones del resto de la cornisa Cantábrica.
En la mayoría de los casos, su significado más profundo, transmitido de padres a hijos a través de la tradición oral, ha quedado diluido bien porque este se ha ido perdiendo, bien porque los escritores clásicos nos la han transmitido cercenada al no recoger toda la riqueza y mentalidad popular, fijándose únicamente en los cultos y divinidades que guardaban semejanza con los suyos. Por otro lado, la romanización en un primer momento y la incursión del cristianismo posteriormente han ido transformando el sentido y representación de estos ritos paganos, alcanzándose en muchos casos un sincretismo religioso. Aun así, todavía se conservan en el pueblo cántabro apólogos y leyendas con un mayor componente ritual o de comportamiento que como relatos significativos, y que se caracterizan por:
  • Ser muchas veces relatos orales cuyo origen se remonta a tiempos en el que el paganismo era todavía una religión viva en Cantabria, y que trasmitidos de generación en generación se han ido reelaborando con el paso del tiempo y el sincretismo mítico-religioso.                          
  • Destacan por su brevedad, se prefiere el cuento sucinto que se pueda captar fácilmente y por eso a veces se llega a una condensación en ocasiones excesiva, en el afán de reducir y eliminar lo superfluo.
  • Las narraciones plantea historias sencillas, muy relacionadas con fenómenos de la naturaleza a los que intenta dar respuesta. Pese a su simplicidad a veces presentan una curiosa efectividad poética.
  • Debido a su carácter en origen oral, las leyendas se van rehaciendo al ser reproducidas en infinidad de ocasiones a lo largo del tiempo, surgiendo variantes del mismo mito.